No lo vi en una semana, en esa semana había estado
totalmente centrada en la universidad.
Ese fin de semana me enteré de que había una fiesta y no lo
dude ni un solo momento, dije: esta es la mía. La fiesta era en un pequeño local cerca de
donde vivía. Aunque llevaba ya unas cuantas semanas viviendo allí, no había
salido ningún día. Cuando llegué vi a un chico guapísimo, media metro ochenta, pelo
rubio y muy alborotado. Al entrar me quede con una de las amigas que había conocido
en Asturias.
Esa noche no pensé en nada más que en disfrutar de la noche y
no preocuparme por nada. Cuando creí que la noche no podía dar para más, se acercó
a mi el chico que había visto al entrar. Bailamos hasta que nos echaron de aquel pequeño local a las afueras de la cuidad.
Al salir me despedí de mi amiga y vi que aquel chico me esperaba. Estaba algo nerviosa
porque no paraba de pensar en él y de lo que pensaría si me hubiera visto con aquel
chico.
-Hola, mejor será que me presente me llamo Juan. – dijo aquel
chico.
-Hola, encantada Juan, yo soy Beatriz.
-Tu no eres de aquí, ¿Verdad?
-La verdad es que no, soy de Valencia. Tú si eres de aquí
tienes un acento asturiano adorable.
-Muchas gracias, a mi también me gusta mucho tu acento
valenciano. Bueno se está haciendo tarde, ¿Quieres que te lleve a casa?
-Bueno…
-Venga mujer que no muerdo ni nada, además no es seguro que
una chica como tu vaya por calles como estas tan tarde.
Dudé un momento pero pensé que había sido muy agradable conmigo y eso no podía ser malo.
Dudé un momento pero pensé que había sido muy agradable conmigo y eso no podía ser malo.
-Venga, vale.
Y así es como acabé montada en la moto de casi un
desconocido a las cinco de la mañana. Se podía ver como el sol empezaba a
romper poco a poco con la oscuridad de la noche. Cuando llegamos a la casa
donde estaba hospedada, se bajo de la moto y me ayudó a bajar de ella, porque
era la primera vez que montaba en una. Nos despedimos con un abrazo y un
susurro en la oreja, le di las gracias y nos quedamos mirándonos. Entonces me cogió
de la cintura y me besó.
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