Iba
muy rápido, tan rápido que me atropelló un coche y me quedé inconsciente en el
suelo. Solamente pude distinguir una sombra antes de quedarme totalmente
inmóvil. Cuando desperté me di cuenta de que estaba en un hospital y que
también estaba llena de moratones y tenía un brazo escayolado. Al abrir totalmente
los ojos pude distinguirlo perfectamente, era mi amor de verano, Luis. Se
notaba que había estado llorando un buen rato, tenía los ojos muy hinchados y
la cara muy roja. Ahora estaba descansando un poco sobre mi regazo y me estaba
cogiendo la mano. Cuando notó que me estaba moviendo se despertó y me abrazó
muy fuerte. Entonces rompió a llorar desconsoladamente, me dijo que era culpa
suya lo del hospital, lo de mi cuerpo lleno de moratones y lo de mi brazo roto.
En ese momento me dieron unas ganas incontrolables de besarle, pero pude
reprimirme. Yo también me puse a llorar frente a la impotencia que me dio al
ver que no podía calmar su llanto.
Cuando llevábamos unos cuantos minutos así nos calmamos
justo antes de que entrara el médico y me dijera que tenía que estar en
observación una noche. Luis estuvo conmigo toda la noche, y se paso toda la
noche en vela. En ese momento me volví a enamorar locamente de el, cada vez que
me dirigía la palabra, el corazón se me aceleraba. De esta manera pase toda una
noche con un chico perfecto. A la mañana siguiente me dieron el alta y me llevo
en coche, el mismo coche con el que me atropello el día anterior, hasta mi
casa. Mi compañera de piso empezó con un cuestionario de preguntas que parecía
no acabar nunca. Estuve un par de días en mi casa descansando, la tarde del viernes
Juan fue a mi casa.
-Bea, ¿Estás bien? ¿Qué te ha pasado en el brazo? ¿Por qué
estás llena de moratones? – me dijo con las lágrimas apunto de salir de sus
ojos.
-No te preocupes por nada, tuve un pequeño accidente con un
coche.- le dije con la voz más tranquilizadora que puede.
-¡Como que no me preocupe! No he sabido nada de ti en casi
una semana, y ahora vengo a verte y estas así. Como quieres que no me preocupe.
-Tranquilízate, pasa y te explico lo que ha pasado con toda
tranquilidad.
Juan pasó a mi casa y le expliqué lo que había pasado. No le
comente nada de que el chico que me atropelló, era mi ex del que me estaba
enamorando una vez más.