The scars of your love remind me of us
They keep me thinking that we almost had it all
The scars of your love they leave me breathless
I can’t help feeling
We could have had it all
Rolling in the deep
You had my heart and soul
And you played it
To the beat
Bienvenido a un lugar donde todo es posible, donde todo se puede hacer, y lo más importante donde se puede ser F E L I Z
martes, 24 de enero de 2012
Rolling in the deep
lunes, 16 de enero de 2012
3ª PARTE. Sucedió lo que parecía que nunca iba a suceder.
A los
cinco minutos de estar allí sola saltando olas, el vino a mi lado, se acercó a mí despacio, muy despacio, pero sin dudarlo un momento me besó, sentía que los latidos de mi corazón se aceleraban y me ponía cada vez más nerviosa, pero decidí relajarme. Fue en ese momento cuando de verdad lo empecé a disfrutar, sentía sus labios con los míos y me encantaba. Sin duda ese fue el mejor momento de toda mi vida, ese momento que había esperado tanto.
Fue el mejor beso que me han dado y me darán nunca, un beso que esperaba
desde que lo conocí.
A
parir de ahí todo fueron caricias, besos, abrazos, todo aquello con lo que tantas veces había soñado.
Una
tarde me llevó a un precioso lugar, un lugar por el que había pasado millones
de veces y nunca me había dado cuenta de lo bonito y romántico que era.
Pasamos
allí toda la tarde, hasta la puesta de sol, sin duda ese fue el momento más
romántico de toda mi vida. Cuando volvíamos, paseando por la playa, me di
cuenta de que habían pasado ya dos semanas, eso significaba que el se iba a ir
de mi lado en menos de una semana. En ese momento todo mi mundo se derrumbó
encima de mi, no sabía como iba a volver a vivir sin el, sin duda eso iba a ser
lo mas difícil de toda mi vida.
Él
notó enseguida que me pasaba algo, que no estaba igual que antes, no estaba
feliz. Incluso me cayeron unas cuantas lágrimas que el me las secó con su
camiseta. Sabía perfectamente lo que me pasaba y noté que el también estaba
triste.
Me
pasé toda la noche llorando y pensando en él, a la mañana siguiente nos
volvimos a ver, en ese momento toda mi pena desapareció y volví a ser igual de
feliz, pero al atardecer me volví a poner triste. Una tristeza que nunca había
sentido, una tristeza que cubría cada parte de mi cuerpo, que me calaba hasta
lo más hondo, una tristeza que sabía que nunca se iría. Sabía perfectamente
porque estaba así, no podía imaginarme mi vida sin él.
Así pasé
la mayoría de la semana y el momento en el que le vi montado en el coche supe
que aquello que había pasado era un simple romance de verano, que pronto me
olvidaría de él.
sábado, 14 de enero de 2012
2ª PARTE. Reencuentro.
En lo
primero en lo que me fije fue en que era mas alto que yo, y tenía el pelo
diferente, no se expresarlo con toda claridad. Sus ojos amarillos se clavaron
en mi, y para mi en ese momento no existía nada ni nadie más, solo el y yo.
Me
acerque a el y ya empezaba a dirigirme esas miradas que me mataban, que me
daban unas ganas incontrolables de besarle.
-Hola-
le dije, con una sonrisa de oreja a oreja.
-Ho,
hola- dijo, con un tono de nerviosismo que no podía evitar.
-Ya
veo que has crecido bastante, te dejé hace dos años siendo mas bajo y ahora
tengo que mirar para arriba para mirarte a la cara.- dije.
-Y
tu, tu estas no se mas guapa, a ver si me explico no es que antes no estuvieras
guapa, pero ahora estas más, más...
-
Bueno mejor dejemos este tema a un lado.
Esa
misma noche hicimos la típica quedada "inocente" en la que siempre
vas con 20 amigos más, y no se sabe cómo pero siempre se ponen de acuerdo para
dejarte sola con el chico que te gusta. Bueno pues así fue, nos dejaron a solas
por el sitio que para mi era el sitio mas romántico de toda la
playa en el que solo se nos podía ver por la luz de la luna y de las estrellas.
Era un paseo al lado del mar y en el que se podía escuchar el rumor de las
olas.
Me
quité los zapatos y, aunque suene un poco infantil, me fui a jugar con las
olas. El se quedo sentado en la arena a unos cuantos
metros de la orilla, a la luz de la luna lo podía ver a la perfección y sabía que
el me también me podía ver a mi.
viernes, 13 de enero de 2012
1ª PARTE. Presentación.
Hoy
después de muchos años lo iba a volver a ver, iba a volver a ver a mi mejor
amigo. Ese con el que tantas risas me había echado y con el que había pasado,
sin ninguna duda, mis mejores momentos.
Me
gustaba el verano a parte de la sensación de libertad era verdaderamente el
único momento en el que me sentía bien, y lo mas importante me sentía feliz. El
verano era la única época del año en la que tenía libertad y podía hacer lo que
quisiera, cuando quisiera. También era la época en la que lo veía.
Él, mi
mayor y único amor, al que quería pasara lo que pasara. Era la única razón por
la que tenía fuerzas para levantarme cada mañana con una sonrisa en la cara.
Lo
amaba con todas mis fuerzas y el me quería a mi, lo sabia, lo sentía en sus
ojos, en cada mirada que me dirigía, me miraba de forma en la que me sentía
extrañamente cómoda e incómoda a la vez. Cada una de sus miradas hablaban, para
mi es como si me dijese me muero por besarte. La verdad es que yo también lo
quería besar, pero tenía miedo de lo que pensarían la gente que tenía a mí
alrededor.
Llevamos
mas de dos años sin vernos y sin duda cada segundo que he estado apartada de el
me han parecido siglos, y la verdad tenía miedo de su reacción de verme
después de tanto tiempo.
Ahí estaba el, había llegado el momento de verle.
He empezado esta pequeña historia, espero que os guste :3
jueves, 12 de enero de 2012
Love
Ahí estaba ella con su capuchino con nata y caramelo a juego con su perfecta sonrisa de oreja a oreja, con su pelo castaño que caía levemente sobre sus mejillas y sus precioso ojos castaños. Nada mas verla me enamore de ella, de su sonrisa, de sus ganas de vivir y de su personalidad extrovertida, esa que tanto me gustaba.
Sus miradas eran lo mejor que me había pasado en la vida, sus sonrisas eran perfectas.
Ella me miraba, yo la miraba a ella, nos sonreíamos y nos volvíamos a mirar pero ninguno de los dos se atrevía a dar el gran paso.
Pero cuando creía darlo todo por vencido se acerco a mi y dijo "Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, te quiero" y fue ahí cuando nos besamos, un beso igual de perfecto que ella.
domingo, 8 de enero de 2012
Once de Marzo
Era once de marzo de 2004, ese día empezó como cual quier otro día con un sol radiante, esplendido, un sol que era más brillante de lo normal, se podía ver perfectamente desde mi apartamento. Esa mañana era el primer día de trabajo y madrugué para no llegar tarde. Iba a llevar una falda negra con unas cuantas capas de tul, que la verdad es que me quedaba muy bien, y una camiseta rosa palo de encaje. El pelo me lo recogí en un moño que no estaba muy apretado, algunos mechones caían encima de mis mejillas pero se me podía reconocer perfectamente.
El trabajo empezaba a las ocho de la mañana, es decir, que en el tren tenía que estar a las siete y media. Mi trabajo estaba cerca de la estación de Atocha, a si que esa sería mi parada. Llegué un poco antes de lo previsto a la estación que estaba debajo de mi casa de manera que me subí al tren anterior del que tenía pensado.
Cuando me subí me senté delante de una chica bastante joven, lo primero que me pregunté fue ¿A dónde va? También me fijé en la ropa que llevaba, llevaba un pantalón negro que le combinaba a la perfección con su pelo lacio y negro azabache. La camiseta era gris con algunos pequeños destellos de plateado, los zapatos eran unas bailarinas plateadas. Cuando el sol se posaba sobre los zapatos salían unos destellos de luz blanca.
Fueron veinte minutos de viaje llegué a Atocha a las siete y treinta y cinco minutos, cinco minutos después se oyó una gran explosión. Nada más explotar cundía el pánico en toda Madrid y todavía más en la estación. Por suerte la bomba no explotó en la misma estación, explotó a unos cuantos metros de ella. Todo en mundo gritaba, lloraba, corría en todas direcciones, llamaban por teléfono a sus familiares para saber si estaban bien o por el contrarío estaban heridos. Todo era un caos donde nadie sabía nada.
Mi primer impulso fue llamar a mi madre que vivía en Asturias. La llamé y le expliqué todo lo que había pasado y que no se preocupara por mí que no estaba herida. Después de llamar a mi madre corrí a ayudar a los bomberos. Cuando llegué allí solo se veían cuerpos inertes por el suelo y algunos supervivientes que estaban bastante heridos. Intenté ayudar todo lo que pude y estuve todo el día, viendo cuerpos de gente como yo que solo iba a trabajar y cinco minutos después están muertos, también habían algunos milagros de gente que había sobrevivido sin un solo rasguño, aunque de esos habían pocos y la mayoría estaban muertos, inertes, con heridas mortales.
Ese día fue el más duro de toda mi vida, cada año voy a esa misma estación y me siento en el mismo banco donde me enteré que había explotado una bomba en el tren que me iba a montar, todo fue cuestión de media hora, media hora después y lo mas seguro es que yo estuviera muerta.
En ese atentado fallecieron ciento noventa y un personas, y hubo mil ochocientas cincuenta y ocho personas que resultaron heridas. En total explotaron diez bombas en diferentes trenes y estaciones de tren, y es hasta la fecha el mayor atentado en Europa que se ha cometido.
El trabajo empezaba a las ocho de la mañana, es decir, que en el tren tenía que estar a las siete y media. Mi trabajo estaba cerca de la estación de Atocha, a si que esa sería mi parada. Llegué un poco antes de lo previsto a la estación que estaba debajo de mi casa de manera que me subí al tren anterior del que tenía pensado.
Cuando me subí me senté delante de una chica bastante joven, lo primero que me pregunté fue ¿A dónde va? También me fijé en la ropa que llevaba, llevaba un pantalón negro que le combinaba a la perfección con su pelo lacio y negro azabache. La camiseta era gris con algunos pequeños destellos de plateado, los zapatos eran unas bailarinas plateadas. Cuando el sol se posaba sobre los zapatos salían unos destellos de luz blanca.
Fueron veinte minutos de viaje llegué a Atocha a las siete y treinta y cinco minutos, cinco minutos después se oyó una gran explosión. Nada más explotar cundía el pánico en toda Madrid y todavía más en la estación. Por suerte la bomba no explotó en la misma estación, explotó a unos cuantos metros de ella. Todo en mundo gritaba, lloraba, corría en todas direcciones, llamaban por teléfono a sus familiares para saber si estaban bien o por el contrarío estaban heridos. Todo era un caos donde nadie sabía nada.
Mi primer impulso fue llamar a mi madre que vivía en Asturias. La llamé y le expliqué todo lo que había pasado y que no se preocupara por mí que no estaba herida. Después de llamar a mi madre corrí a ayudar a los bomberos. Cuando llegué allí solo se veían cuerpos inertes por el suelo y algunos supervivientes que estaban bastante heridos. Intenté ayudar todo lo que pude y estuve todo el día, viendo cuerpos de gente como yo que solo iba a trabajar y cinco minutos después están muertos, también habían algunos milagros de gente que había sobrevivido sin un solo rasguño, aunque de esos habían pocos y la mayoría estaban muertos, inertes, con heridas mortales.
Ese día fue el más duro de toda mi vida, cada año voy a esa misma estación y me siento en el mismo banco donde me enteré que había explotado una bomba en el tren que me iba a montar, todo fue cuestión de media hora, media hora después y lo mas seguro es que yo estuviera muerta.
En ese atentado fallecieron ciento noventa y un personas, y hubo mil ochocientas cincuenta y ocho personas que resultaron heridas. En total explotaron diez bombas en diferentes trenes y estaciones de tren, y es hasta la fecha el mayor atentado en Europa que se ha cometido.
domingo, 1 de enero de 2012
For the first time
We're smiling but we're close to tearsEven after all these yearsthat we're meetingWe just now got the feeling
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