sábado, 5 de enero de 2013

LAST FIRST KISS - CAPÍTULO 2.


-NARRA ALI-

Entré en la primera tienda que vi abierta y me compre una camisa blanca con puntos negros. Sabía que con eso iba a pasar frío así que también me compré una chaqueta negra. 
-Atención, última llamada para los pasajeros del vuelo 3719J con destino a Londres. - dijo una voz robótica que se escuchó por todo el aeropuerto.
Ese era mi vuelo, me puse a correr otra vez y llegué justo a tiempo al avión. Me senté en mi asiento y esperé a que el avión despegara. Una vez que estábamos en el aire pude encender mi IPod y ponerme a escuchar música para irme a mi pequeño mundo. Pensé en el chico alto con el que me había chocado y lo guapo que era. Era totalmente inaccesible para mí. En el instituto siempre había sido la rara, la que no había salido con ningún chico, solo he salido con uno y no fue especialmente bien. Además, ¿Quién me iba querer a mí? Solo era una chica del montón, metro sesenta y poco, castaña y ojos verdes. Era una chica más que había encontrado su salvación en la música. La música era todo lo que me quedó después de perderlo todo, después de perder a mi padre y a mi hermano pequeño en un accidente de coche. En ese momento no me quedaba nada, bueno, tenía a mi madre pero nunca había estado muy unida a ella y aunque eso debería habernos unido, nos separo. Yo me fui a mi mundo y ella de encerró en el suyo. Yo estaba en un hoyo que cada vez iba cavando más y más, hasta que descubrí la música y todo lo bueno que me trasmitía. Gracias a ella ahora sigo aquí. Si no, no hubiera sido capaz de soportar esas dos pérdidas. La música me enseñó la frase "STAY STRONG", que por muy mal que lo estés pasando siempre hay una salida para todo, siempre hay una luz al final del camino. Se lo debo todo.
Hora y media de viaje en avión me llevó a la ciudad de mis sueños. Me asomé por la ventanilla y a lo lejos se podía ver el Big Ben y el London Eye. Por fin me sentía como en casa. 
Bajé del avión y me dirigí a la recogida de maletas, era la primera vez que tenía que esperar a mi maleta yo sola, siempre tenía compañía. Ahora si que empezaba a sentirme sola. Veía mi maleta y me alegré de ver que ver que estaba en perfecto estado. Me acerqué a cogerla y, como no, me caí al suelo del peso. Me caí encima de un chico, un chico con la gorra lila de los New York Yankies. No, ese chico otra vez no. 
-Perdón, ¿Estás bien? - pregunté a aquel chico que unas horas antes me había manchado el jersey con Coca-Cola. 
-Si, no te preocupes. ¡Anda! Pero si eres la chica de la Coca-Cola. ¿Seguro que no te has caído encima de mí a propósito? - dijo con una enorme sonrisa. 
Se le había caído la gorra y ahora si le podía ver bien los ojos. Eran azul, pero no un azul normal, eran azul verdoso. Siempre le daba mucha importancia a los ojos de las personas. Durante toda mi vida me había fijado en muchos ojos, pero nunca había visto unos como esos. Había visto ojos amarillos, verdes, azul celeste, grises, marrones, incluso había visto un ojo de cada color, pero esos ojos eran algo que nunca había visto. Escondían algo y quería saber que es eso que escondían. 
Me levanté del suelo y aquel chico también se levanto y me ayudó a coger mi maleta. 
-Por cierto, me llamo James, ¿Y tú como te llamas? - preguntó James.
-Soy Ali. 
-Encantado de conocerte Ali.
-Mejor será que me vaya, no quiero que se me haga tarde para llegar a mi apartamento. - seguidamente cogí mi maleta y me di la vuelta rápidamente. 
Me fui hacia la puerta del aeropuerto y paré a un taxi para que me llevara a mi nuevo apartamento donde iba a empezar mi nueva vida. 

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