sábado, 2 de febrero de 2013

LAST FIRST KISS - CAPÍTULO 12.


-Narra James-

Dejé a Ali en su apartamento y cuando giré la esquina me paré en seco. No podía dejarla allí así, a lo mejor ella seguía allí. Me giré y deshice el camino que ya había hecho. Ali ya no estaba allí, ¿Por qué pensaba que ella todavía iba a estar allí?
Tardé casi una hora en llegar a mi apartamento, no tenía prisa y me iba fijando en todo lo que tenía a mí alrededor. Hacía mucho frío y la temperatura era bajo cero casi seguro, me preguntaba si ese invierno nevaría. Eso me recordaba a cuando era pequeño y todavía vivía aquí, mis padres y yo siempre veníamos a Londres en Navidad y la mayoría de las veces estaba nevado.
Me miré la mano y se me había olvidado por completo lo que me había despertado esa mañana. La llamada de mi madre. Se me había olvidado por completo que mi abuelo había fallecido y que ya era demasiado tarde para pasar más tiempo con él y nunca podré volver a escuchar su voz.
Antes de que me diera cuenta estaba en mi apartamento con el pijama puesto y viendo la televisión. Solo tenía una cosa que me daba vueltas en la cabeza, Ali había conseguido que me olvidara de todo ese día. Había hecho que me olvidara del dolor y de cierto modo había hecho que ese día fuera un poco más feliz, ¿Cómo una chica tan pequeña puede hacer cosas tan grandes?
Me quedé durmiendo en el sofá y me desperté con dolor de cuello. Cuando estaba a punto de salir empezó a sonar mi móvil. Era Ali.
-¿Hola? ¿James? – parecía muy alterada.
-Sí, soy yo, ¿Qué pasa?
-Verás, ahora mismo estoy de camino al hospital. Necesito que le digas a Jen que hoy no voy a poder ir al trabajo.
-Pero ¿Estás bien? – pregunté alterado.
-Estoy bien, no te preocupes por mí, es mi compañera de piso. Esta mañana antes de salir de camino al trabajo ha llegado con un ojo morado y ha perdido el conocimiento. Estoy con ella de camino al hospital. Por favor, dile eso a Jen y ya se lo explicaré mejor mañana.
Colgó el teléfono.
Ali estaba muy alterada y yo ahora estaba preocupada por ella. Pero tenía que hacer la única cosa que me había pedido.
Llegué al trabajo y busqué a Jen. Estaba en la caja principal con un café en la mano.
-Jen, ¿Puedo hablar contigo un momento?
-Por supuesto, ¿Qué pasa? Pareces preocupado.
-Verás… Es que… Ali está en el hospital y no va a poder venir a traba…
-¿Qué Ali está en el hospital? ¿Qué le ha pasado? – me interrumpió.
-Ella está bien, pero a su compañera de piso le ha pasado algo. Tampoco se mucho más, me llamó esta mañana y no sé que ha pasado.
-Si quieres puedes ir por ella, pareces muy preocupado. Vete y ya mañana venís los dos a trabajar. Esperemos que no sea nada.
Llamé a Ali y me dijo el hospital en el que estaba. Había una parada de metro muy cerca y cogí el metro. Llegué al hospital y ella estaba en la puerta. Me acerqué a ella, había estado llorando se le notaba en la cara. Llevaba el pelo suelto y el aire se lo movía.
La abracé.
No sé porque pero tenía que hacer que sintiera que estaba allí con ella y que estaría siempre que pudiera. Muchas veces un abrazo es mejor que cien palabras.
-¿Qué tal estás? – le susurré al oído.
-Ahora ya estoy bien.
La estuve abrazando un buen rato hasta que no sé como nos separamos y entramos al hospital y Ali se acercó a un médico. Estuvo hablando con él un buen rato y después vino conmigo otra vez.
-Katy ya está estable. Dice que podemos entrar a verla cuando queramos.
-A mí no me conoce, no debería entrar. Entra tú, yo te espero en la puerta.
-No te conoce, pero seguro que se alegra de verte. Venga entra conmigo.
Entramos los dos en una habitación de hospital algo pequeña y con una de las dos camas vacías en la otra había una chica rubia y pequeña que perfectamente podría hacerse pasar por la hermana pequeña de Ali. Nos acercamos a la cama y yo me quede a un lado.
-Katy, el médico me has dicho que ya estás estable, ¿Cómo te encuentras?
Ali no obtenía respuesta.
-Bueno… Este es James. – dijo Ali mientras me señalaba.
Katy levantó la vista y la dirigió hacía mí. Tenía unos ojos bonitos, pero en uno de ellos tenía un morado.
-Hola. – saludé mientras me acercaba un poco más a la cama.
-Eres más guapo de lo que Ali me dijo.
Esa chica me caía bien y solo me había dicho nueve palabras.
Katy nos contó quien le había hecho eso. Fue su exnovio, esta mañana estaba esperándola en la puerta del apartamento y le había pegado. Tenía muchas ganas de pegarle un puñetazo a ese tío.
La semana siguiente pasó rápida y yo ya había comprado la sorpresa para el cumpleaños de Ali. Una noche quedamos en un bar con Katy, Ali, Kevin, Jen, Luce y Dave. Kevin, Luce y Dave eran compañeros de trabajo de Katy y parecían simpáticos. 
La noche iba bien hasta que un chico empezó a mirar a Katy y ella se estaba poniendo muy tensa.

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